Estatua de resina bronceada terminada a mano en cada detalle particular. En esta postura Jesús, con los brazos abiertos, simboliza la misericordia y el poder de un Dios encarnado que acepta ser sacrificado por la salvación de todos los pueblos. Esta posición recuerda también otra frase famosa de Jesús, “dejad que los niños vengan a mí”.
Altura: cm 31